martes, 24 de febrero de 2015

Las Ermitas desparecidas de Daimiel

Braulio Molina López
Fotogfafias de Daimiel: Pepe J. Galanes


En el año 1712 se cerró al culto una de las ermitas más antiguas de Daimiel, la de Santa Quiteria, que ubicada junto al castillo Santa Catalina, vio derrumbarse su techumbre y su cierre para evitar indecencias en el sagrado de ella.

Su imagen y ornamentos se trasladaron en 1738 a Santa María y en una orden posterior del visitador se aplicaron éstos al culto del Santuario del Cristo de la Luz, donde le fue construido un retablo a su imagen. En esta Ermita se fundó en 1598 la Cofradía de Jesús Nazareno, que sería trasladada después al convento de Carmelitas.

El término ir a Santa Ana, por morirse, tiene su origen en el pasado, ya que en el actual cementerio se levantaba la Ermita de Santa Ana; Las Relaciones de 1575 la citan: “Otra de Señora Sancta Ana, questarán dos tiros de vallesta desta villa”.

Se fundó en los primeros años de 1500 celebrando procesión el día de la santa, cuya misa pagaban los labradores. Su cofradía era propietaria de diversas tierras a orillas del río Azuer y por este motivo dispuso el Consejo de las Órdenes que colaborase en la limpieza de este río aportando 240 reales.
A lo largo de su existencia la Ermita de Santa Ana fue objeto de numerosas reformas hasta que el 26 de julio de 1810 se informa en el Cabildo que, tras el incendio provocado por las tropas invasoras francesas había quedado destruida.

Esto dio origen en 1840 a que el párroco de Santa María solicitase permiso para venderla. En ese mismo lugar se ubicaría después el cementerio municipal, que según el diccionario de Madoz, existía ya en 1845.

Dicen las Relaciones Topográficas mandadas a hacer por Felipe II, que la Ermita de San Juan fue la casa que tenían por Mezquita antiguamente los moros que vivieron en esta villa.
De esta Ermita se ha dicho  que pudo ser de origen visigodo y que los musulmanes la transformaron  para su culto; el hallazgo de una pilastra sustenta la posibilidad de ese origen y de su utilización por los musulmanes se descubrió un cementerio que prueba las prácticas religiosas de estos.
Ubicada en la calle de San Juan, en sus ruinas, no hace muchos años, se podían apreciar diversas capas de pintura en el Altar y en sus paredes.

En las inmediaciones de la Ermita de la Virgen de Barajas se libró una gran batalla entre importantes caballeros calatravos. Fue en los campos del despoblado Barajas y en ellos estaba ubicada esta Ermita que en tiempos pasados se llamó también de la Virgen de la Sierra Baja. En 1663 se dice de ella que no tiene más rentas que las limosnas recogidas, y entre otras funciones celebraba las fiestas el día de la Natividad.

Tras un acentuado abandono, el 14 de noviembre de 1788 se comunica la orden de su demolición y un año después se adjudican sus bienes a Santa María.
Otra de las Ermitas desparecidas, la de San Sebastián, se fundó con motivo de las fuertes epidemias que azotaron el Daimiel de los años 1400. El capitán Don Sebastián de Flores costeó su posterior reedificación  y de su bendición hay noticia en el año 1757 estando ubicada en la calle de su nombre.
El territorio de Moratalaz fue anexionado a nuestro pueblo en el siglo XVIII y en él se levantaba otra de las Ermitas ya desparecidas:”Tiene otra ermita dos leguas de esa villa que se llama Nuestra Señora de Ureña, hacia levante, declinando a mediodía.”

Estaba situada junto a numerosas quinterías radicando en ella su Cofradía que fue fundada en el año 1639. El 2 de junio de 1800, el visitador prohibió la celebración de la Misa, por carecer de ornamentos, a la vez que ordenaba su cierre.

En lo que hoy es la Cruz Roja y dependiente de la parroquia de Santa María, existió la Ermita de la Vera Cruz. Allí se fundaría la Cofradía del Cristo de La Columna (los, coloraos) y en ella se levantaba un altar de Nuestra Señora del Consuelo, que después se trasladaría a San Pedro.
De la Ermita de San Antón sabemos que estuvo ubicada en lo que hoy conocemos por el altillo. De 1821 data un inventario, firmado por el párroco de Santa María, relativo a los bienes de la Ermita del Buen Suceso, situada en la antigüedad en la Plaza de Santa María, junto al Hospital de la Caridad.


Otras como la Ermita de la Magdalena, situada en la calle del mismo nombre, no tuvieron vinculación con otras fundaciones religiosas y lo último que se sabe de ella es que existía en el año 1815, ya que el 19 de junio, figura la donación de una lámpara que le fue entregada.


ERMITAS DE DAIMIEL EN LA ACTUALIDAD